La vida, puede llegar a compararse con un tablero de ajedrez en el que cada sueño es una ficha diferente, y el rey, es el sueño que mas te importa, el que anhelas alcanzar, y piensas en el cada día, cada hora y cada segundo de tu vida.
Los peones son los sueños pequeños, los que a veces no son tan importantes para ti, incluso a veces llegas a olvidarte que estos cuando los coronas pueden llegar a convertirse en fichas claves que te ayudaran a ganar el juego de la vida.
En todo momento tienes que estar atento, no puedes dejarte derrotar por el cansancio, la pereza, o cualquier otra trampa que te tienda tu contrincante. Pero sobre todo, lo que no debes olvidar es, que cada prueba que puedas superar, en la que tu puedas salir victorioso, será una nueva oportunidad de demostrar tu grandeza, de demostrarle a todos porque estas en la cima. Aunque debes hacerlo por demostrarle a alguien algo, porque a la única persona que realmente tienes que demostrarle que tu puedes es a ti mismo.
No debes relajarte, cuanto más cerca estés de la victoria mucho mas es lo que tienes que trabajar. A el no le gusta perder, jamás va a rendirse, cuando menos te lo esperes va a sacar fuerzas de donde no las tiene, y si te confías va a derrotarte.
El que tenga mas hambre de victoria es el que va a ganar siempre, no importa si te sabes todos los movimientos a la perfección, si puedes leer en sus ojos el movimiento que realizara a continuación, si no tienes el corazón necesario para entregar todo, en cada uno de los movimiento que realices sin importar que cual sea. Todos los movimientos importan, cada movimiento es un ladrillo, con el pueda que construyas el camino hacia el éxito o el fracaso.
Debes ser firme, si sabes que tienes sacrificar las fichar menos importantes para la supervivencia del rey, hazlo. El rey, es la cabeza del dragón, sin la cabeza el cuerpo no es nada.